El juez Pablo Ruz ha denegado a Gabriel y Pilar Moris, dos de las víctimas del 11-M, la realización de nuevas pruebas sobre los explosivos usados en la masacre. La denegación se produce de acuerdo con la Fiscalía.
Gabriel Moris es perito químico y trabajó durante 40 años en una empresa industrial. Fué uno de los peritos que, a propuesta de la AVT, participó en los análisis ordenados por Bermúdez, uno no puede sino pensar ahora que los ordenó creyendo que iban a ratificar que lo que explotó en los trenes era Goma 2. Pero, a Bermúdez le salió el tiro por la culata y montó el esperpento argumentativo de que" no se sabe lo que explotó en los trenes, pero que se sabe que todo o la mayor parte procedía de Mina Conchita". Hay que echarle cara, el calvorota condecorado. Moris, como experto en ello y participante en los análisis sabe que lo que afirma Bermúdez es falso. Un Bermúdez que evita explicar en su adefesio de sentencia por qué el único resto de los focos de explosión no lavado con acetona, disolvente de la nitroglicerina, y agua por Sánchez Manzano, el polvo del extintor, contenía nitroglicerina. Canallas, no hay más que recordar cómo se rasgaron las vestiduras los interesados defensores de la VO cuando alguien propuso que se exhumaran un par de cadáveres de la masacre para analizar los restos de explosivo en sus cuerpos, siendo éste un procedimientoa muy frecuente en las investigaciones criminales cuando se desconoce con certeza la causa de la muerte finado o el tipo de arma utilizada en el asesinato, como por ejemplo en el Crimen de Los Galindos. Cada vez está más claro, cuando no se actúa con transparencia es que hay algo, mucho en este caso, que ocultar.
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