El ministro del Interior francés, Manuel Valls, advierte de que expulsarán del país a todos aquellos que, “en nombre del islam, no respeten nuestras leyes y valores”. Tras una semana de amenazas de islamistas radicales, Francia se ha plantado. El Gobierno socialista ha puesto en su punto de mira a quienes “representan una amenaza grave para el orden público” y “desafían a la República” en nombre de sus convicciones religiosas, en clara alusión al salafismo.
En un discurso pronunciado durante la inauguración de la macromezquita de Estrasburgo, Valls ha cargado contra “los partidarios del oscurantismo, los integristas, los que quieren apoderarse de nuestros valores e instituciones y los que niegan los derechos de las mujeres”.
0 comentarios:
Publicar un comentario