Este payaso estaría ya dimitido en cualquier democracia que merezca tal nombre desde el mismo momento en que se le pilló a su mujer bailando al lado de él en un mitín electoral cuando llevaba de baja 6 meses por una supuesta lumbalgia, siendo funcionaria. O sea, defraudando a la Seguridad Social. Sin contar todo lo demás que es mucho, muchísimo: los 240.000 euros para la reforma de piso que ocupa, 36.000 solo para jardineras, las cacerías con el juez ex diputado del psoe Garzón en pleno acoso judicial al partido de la oposición, el cazar sin tener licencia, las coacciones a los jueces por pedir que se informatice la Justicia....
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