Es una pena que ésta chica, Cospedal, se haya sumado a las tesis del nacionalismo antiespañolista de ERC, que adoptara alegremente el nacionalsocialismo asimétrico maragalista del PSC y por consiguiente, el zapaterismo veletil, al que solo le mueve el viento.
Dichas tesis, si es que se las puede llamar así, solo consisten en la apropiación por unos pocos, de los bienes comunes que pertenecen a todos y que en buena lógica, deben emplearse donde más provecho y riqueza produzcan, independientemente de las fronteritas absurdas de ésta confederación asimétrica de taifas en la que se ha convertido España.
En el norte, hay agua en abundancia, pero el clima no acompaña y la rentabilidad que se le obtiene al agua es muy escasa. En el sur y el levante en cambio, el clima es propicio para todo tipo de cultivos rentables, que no precisan subvenciones y crean riqueza y dan trabajo, lo que revierte en ingresos para las arcas del Estado.
Pero escasea el agua. La lógica nos dice que con una tubería que lleve agua a donde se le puede obtener mucho más beneficio que si la dejamos correr al mar.
Y cuando teníamos un proyecto que financiaba la Unión Europea, vino un Carod Rovira que apoyó la investidura del infame Zejas, a cambio de que se apuñalara de forma trapera la esperanza de desarrollo y riqueza de tres regiones españolas como Valencia, Murcia y Andalucía.
Que ésto lo hayan hecho unos enemigos declarados de España y los españoles, se comprende. Pero que sea apoyado por la Sra. Cospedal con la aquiescencia de don Mariano, nos plantea muy serias dudas sobre su españolidad y sus verdaderos intereses políticos.
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